La estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea para el 2030 nos compromete a frenar la pérdida de la misma, a conservar y restaurar sus ecosistemas. La superficie dedicada al olivar en España es de 2.6 millones de hectáreas. Si en toda se respetase la biodiversidad mediante la gestión de cubierta vegetal y el acondicionamiento del olivar ecológico se ayudaría a frenar el riesgo de desertificación al que nos enfrentamos y además se encontrarían otros beneficios como evitar la erosión y una mejor calidad y gestión de las aguas.
En nuestro clima podemos ver cómo se alternan las altas temperaturas o períodos de sequía con lluvias de alta intensidad, dando lugar a escorrentías graves. La cubierta vegetal evita que el impacto del agua sea directo sobre el suelo por lo que ayudan a disminuir el riesgo de erosión. Al reducir la erosión del suelo se evita que los productos fitosanitarios y fertilizantes acaben siendo arrastrados hasta embalses o cauces de ríos, y por lo tanto se reduce el riesgo de contaminación de las aguas.
Al dejar una cubierta de vegetación espontánea se favorece la retención de agua y por lo tanto el contenido de humedad del suelo y también contribuye a una mejora de la calidad del agua para la supervivencia del olivo al servir de filtro frente a sustancias contaminantes.
Según un estudio publicado por la Consejería de Agricultura y Pesca de Andalucía sobre las “cubiertas vegetales en olivar”, estas son algunas sobre las que se han demostrado beneficios para el olivar ecológico:
- Cubiertas espontáneas. Se deja crecer la vegetación del suelo sin control o se seleccionan las especies que menos competencia nutricional presenten con el olivar. La cubierta espontánea permite ahorra en costes de semillas y de tratamientos selectivos de herbicidas. Las malas hierbas que habría que eliminar o que deben de presentar un mayor control son solo tres: malvas, coniza y pepinillo. Algunas de las técnicas que se emplean para tratar estas cubiertas serían permitir el paso de ganado o el uso de desbrozadoras.
- Cubierta vegetal sembrada. Se recomienda sembrar algunas gramíneas para que compitan con las especies que se encuentran en el campo y así poder reducir las malas hierbas.
La gestión de cubierta vegetal conlleva ayudas económicas, ya que desde la PAC destinan fondos a prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente, lo llamado pago verde o greening. Además, el cultivo y por tanto el aceite de oliva ecológico presenta grandes diferencias respecto al tradicional.
Por último, las cubiertas vegetales, no sólo presentan beneficios para el olivar sino también contra el cambio climático, gracias a que ayuda a retener mucho más CO2.
Con el trabajo de Olivares Vivos, proyecto financiado por fondos Life de la Unión Europea, se puede ver que es posible un modelo de olivar rentable y comprometido con la naturaleza y recuperar su biodiversidad.